Observación de aves
Considerado uno de los mejores destinos de Europa para la observación de aves, Portugal, a pesar de contar con un territorio relativamente reducido, es un país con una excelente concentración de diferentes hábitats.
Esa riqueza y variedad atraen a una gran diversidad de especies, unas 330 de forma habitual, algunas de ellas endémicas de la península ibérica.
En un corto trayecto en coche se puede pasar de los estuarios y otros humedales a la pseudoestepa y a los escarpados valles fluviales, o de la dehesa de alcornoques o encinas al litoral. Solo en el estuario del río Tajo, a apenas 20 minutos de Lisboa, pueden observarse, con relativa facilidad, ¡más de 100 especies de aves en un día!
Photo: Douro Internacional © Europarques
Algunos de los mejores lugares para la observación de aves se encuentran en las zonas protegidas, que ocupan el 21 % del territorio luso. Si al norte, en el Douro Internacional, se puede realizar un crucero para disfrutar de la belleza de los acantilados en los que nidifican el Alimoche o el Águila Perdicera, en el Tejo Internacional, los paseos a pie o en bicicleta son una buena opción para observar la Cigüeña negra o el Buitre leonado posados sobre las rocas cubiertas de fósiles.
Cerca de Lisboa, los estuarios del Tajo y del Sado poseen una gran riqueza de especies y es habitual observar enormes bandadas de Flamencos o de Espátulas llenando de color las salinas o las marismas.
Photo: Estuário do Tejo © Faísca
En el Algarve, entre baños de sol y de mar hay que hacer una pausa para conocer la Ría Formosa o la Marisma de Castro Marim, dos humedales de gran importancia, visitados por diversas especies de aves acuáticas.
¿Y por qué no volar hasta las islas del Océano Atlántico? El viaje merece la pena, ya que aquí se encuentran aves que no existen en ninguna otra parte del mundo, como el petrel Freira y la Paloma torcaz de Madeira, o el Camachuelo de las Azores. Punta de Pargo, Punta de São Lourenço y las Islas Desertas en el archipiélago de Madeira, o el Pico de Vara en la isla de São Miguel (Azores) son ejemplos de excelentes lugares para la observación.
Photo: Castro Verde © João Edgar
Sea cual sea la opción elegida, en su visita a Portugal tendrá la oportunidad de disfrutar de paisajes de una belleza deslumbrante, mientras sigue el vuelo de las aves que surcan un cielo casi siempre azul. Para “posarse” podrá decantarse por un establecimiento de Turismo en Espacio Rural o un buen hotel, y así aprovechar para dejarse mimar por la famosa hospitalidad portuguesa.